El nuevo Estado y escuela laica


El Estado laico fue diseñado para terminar con los conflictos interreligiosos. Así, como no se podían poner de acuerdo al respecto de cuáles doctrinas cristianas enseñar en las escuelas, pues se decidió sacar la religión de las escuelas y que mejor la enseñanza religiosa se dejara a las familias. 

Pero ahora la función del Estado laico ha sido pervertida. El Estado laico ahora en vez de ser un mediador de religiones, es un atacante a estas. El principio básico de respeto e igualdad para todas las creencias se viola. En el nuevo Estado laico hay una creencia que está por encima de las otras: la irreligiosidad o ateísmo.
 
 

En las escuelas del Estado laico moderno se enseña que la homosexualidad, la bisexualidad e incluso la transexualidad están bien y que no hay nada de malo con esas cosas. ¿Dónde quedó la visión de escuela en la que esta era el lugar donde se impartían las habilidades técnicas necesarias para desarrollarse laboralmente y que si se iban a impartir valores morales estos tenían que ser estándares? Esa era la visión de la escuela laica. ¿Si se sacó a Dios de las escuelas, por qué no se puede sacar a la ideología de la diversidad sexual también? Quien se la quiera enseñar a sus hijos que lo haga en su casa. ¿Cuál es el afán de enseñarla en la escuela? ¿O acaso enseñar el liberalismo, libertinaje y hedonismo en las escuelas mejorará la competitividad? 
 

La educación en las escuelas públicas tiene que ser comedida y respetuosa con los distintos valores, tiene que buscar un punto de encuentro o de equilibrio, pero no puede ser un campo de adoctrinamiento de ninguna ideología, ya sea liberal o conservadora. 
 

Por otro lado, promover la homosexualidad en las escuelas es objetivamente negativo. Los hombres que tienen sexo con hombres tienen una probabilidad 17 veces mayor de padecer cáncer anal y 60 veces mayor de VIH (18 % contra 0.3 %). Además, es falso que la homosexualidad sea innata e incluso se puede expandir si se promueve. Ver tema: La homosexualidad vista desde la antropología social. Así que no hay ninguna razón válida para promover la homosexualidad en las escuelas, a no ser la de contradecir a los cristianos (cristianofobia). 
 

De cualquier forma, el caso es que se está violando el derecho fundamental que tienen los padres de educar a sus hijos de acuerdo con sus propios valores. Los enviamos a la escuela 7 y 8 horas al día para que los adoctrinen en todo lo contrario a nuestros valores. Es al enemigo a quien les estamos enviando nuestros hijos. Antes solo eran los medios de comunicación, ahora es la misma escuela la que se nos opone, la que los adoctrina en el liberalismo y hedonismo. 
 

El nuevo Estado laico fustiga afanosa e iracionalmente a la religiosidad. Se promulgan leyes y políticas públicas que hacen ver a los religiosos como si fueran ciudadanos de segunda clase, intelectualmente inferiores y equivocados. De hecho, hace poco un homosexual de la farándula admitía una gran verdad: que hoy día es más fácil decir que se es gay que decir que se es cristiano. Es una frase muy representativa de todo lo que está pasando. Si bien quizá todavía no sea cierta en muchos lugares, pronto lo será. 
 

Pareciera que en el nuevo Estado laico los religiosos no tendrían ni siquiera derecho a elegir representantes políticos y a ser elegidos. Las opiniones de los cristianos están basadas en preceptos religiosos y cualquier cosa que digan simplemente no vale. No tienen derecho ni a opinar ni a nada. 
 

Los fieles de este nuevo Estado laico se parecen mucho a los revolucionarios franceses en su fanatismo, en el sentido de que cometen una multitud ridiculeces mayúsculas cegados por su fanatismo anticlerical, antirreligioso; y en su cristianofobia, se quieren llevar todo de paso; se quieren llevar incluso a la misma familia, que constituye la estructura fundamental de la sociedad. 
 

Así pues, los revolucionarios franceses eliminaron el calendario gregoriano, y para eliminar el domingo (relacionado al cristianismo) instituyeron semanas de 10 días en vez de 7. 
 

Por ese camino están pasando Francia y España. En las escuelas de la región de Asturias en España, se eliminaron los términos “navidad” y “semana santa” del calendario, y se llaman, “vacaciones de diciembre” y “vacaciones del segundo trimestre”. Justificaron la medida porque según ellos el calendario escolar es para creyentes y no creyentes. En Francia están a punto de adoptar similares disposiciones. En Francia está prohibido que los estudiantes lleven un crucifijo o cualquier símbolo con los que los alumnos manifiesten su pertenencia religiosa. 
 

Otra de las irracionalidades de los fanáticos del nuevo estado laico es con respecto a los derechos de los transexuales, que por cierto, un 28 % de ellos está infectado de VIH. 
 

En California, “los niños transexuales” es decir, niños que supuestamente se sienten estar en un cuerpo distinto a su sexo biológico, estos pueden optar por ir al baño del sexo con el que se sienten identificados y también hacen lo mismo con la vestimenta. En el estado de Colorado, una “niña transexual” (es niño, pero se identifica como niña, aunque no se ha operado ni tenido tratamiento de hormonas) ganó una demanda (con el apoyo de sus padres) para que la escuela a la que asistía le permitiera usar el baño de niñas. En España, intentaron obligar a dos colegios católicos a aceptar que dos niños de seis y ocho años, sean llamados en clase con el nombre del género con el que se identifican, que puedan vestir ropas o uniforme masculino o femenino (según su identidad sexual) y elegir qué baño utilizar. En Argentina, los padres de un niño de 6 años, lograron que a este se le cambiara el sexo y nombre a su documento de identidad. Según sus padres, el niño se identificaba con el sexo femenino desde los dos años. 
 

Pero las ridiculeces de la ideología de la diversidad sexual se extienden aun más, ¿sabían ustedes que una cosa es identidad sexual y otra orientación sexual? Es decir, un transexual que nació mujer, puede sentirse en cuerpo de hombre y con preferencia sexual de hombres o viceversa y hasta pueden ser bisexuales también.   


Es decir, si tú eres una mujer que te sientes ruda y marimacha, eso es identidad de género; pero te gustan los hombres, eso es orientación sexual. Es como decir que, si solo los hombres acostumbran a ser pilotos de aeronaves, y a una mujer le gustaría ser pilota porque ha sido su sueño desde pequeña, entonces ella se va a inyectar hormonas para tener aspecto físico de hombre (aun gustándole los hombres para tener sexo) porque solo los que tienen aspecto físico de hombres son los que acostumbran a ser pilotos. O si te gusta el golf, te pones cremas en la cara para aclarar tu piel, porque solo los hombres que tienen aspecto físico blanco juegan al golf. 

Entonces, los niños transexuales aceptados en los baños de acuerdo al género con que se identifican, pueden tener atracción sexual hacia los demás niños que utilizan el baño.

 
 

¿Pero por qué a alguien le entraría en la cabeza una fuerte obsesión y deseo por vestirse del sexo opuesto? Ningún gen está diseñado dizque para que a alguien le guste tal ropa o no. La cultura es lo que ha determinado como se viste la gente. Dios nos diseñó desnudos, la ropa la pusimos nosotros. De hecho, antes las mujeres no usaban pantalones y ahora sí, ¿o fue que acaso hubo una mutación en el ADN que hizo que los gustos cambiaran o se mezclaran? No. Por cierto, ni la Asociación Americana de Psicología R1, R2, ni la Asociación Americana de Psiquiatría afirman que la orientación sexual o la identidad sexual sean innatas. Estos modernistas y progresistas se basan en supuestos y se adelantan a las demostraciones para legalizar las cosas. 
 

Los liberales un día de estos van a terminar echando fanáticamente los diccionarios en las fogatas, y prohibiéndolos, por considerar a este libro como discriminante, etiquetador y estigmatizador. Poco a poco avanzamos no hacia una culturización, sino hacia una desculturización.




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